Importancia del colágeno en la salud humana y edad recomendada para su suplementación

Importancia del colágeno en la salud humana y edad recomendada para su suplementación

Introducción

El colágeno es la proteína estructural más abundante en el cuerpo humano, representando aproximadamente el 30% del contenido proteico total. Su función principal es proporcionar soporte y elasticidad a diversos tejidos, incluyendo la piel, los huesos, los cartílagos, los tendones y los vasos sanguíneos (Ricard-Blum, 2011). A medida que envejecemos, la síntesis de colágeno disminuye progresivamente, lo que contribuye a la aparición de signos de envejecimiento, la degeneración articular y la pérdida de densidad ósea.

Este artículo revisa la importancia del colágeno en la salud, la evidencia científica sobre su suplementación y la edad recomendada para iniciar su consumo.

Funciones biológicas del colágeno

El colágeno es una proteína compuesta por tres cadenas polipeptídicas organizadas en una estructura helicoidal triple. Existen al menos 28 tipos de colágeno identificados, de los cuales los más relevantes son:

  • Tipo I: Principalmente en la piel, huesos, tendones y ligamentos.
  • Tipo II: Presente en el cartílago articular y vítreo.
  • Tipo III: Abundante en la piel, vasos sanguíneos y órganos internos.
  • Tipo IV: Componente clave de las membranas basales.
  • Tipo V y XI: Asociados a fibrillas de colágeno tipo I y II, respectivamente (Shoulders & Raines, 2009).

El colágeno desempeña funciones esenciales en la integridad de los tejidos conectivos. Su degradación se ha asociado con enfermedades como la osteoartritis, osteoporosis y el envejecimiento dérmico (Varani et al., 2006).

Disminución del colágeno con la edad

La producción de colágeno comienza a disminuir a partir de los 25-30 años, con una reducción aproximada del 1% por año. Factores como la exposición a la radiación ultravioleta (UV), el tabaquismo, el estrés oxidativo y una dieta deficiente en proteínas y micronutrientes esenciales pueden acelerar este proceso (Baumann, 2007).

En la postmenopausia, la reducción de estrógenos exacerba la degradación del colágeno, contribuyendo a la pérdida de elasticidad de la piel y la fragilidad ósea (Bousquet et al., 2016).

Evidencia científica sobre la suplementación con colágeno

Varios estudios han evaluado los efectos de la suplementación con péptidos de colágeno en la salud humana:

  • Salud articular: Se ha demostrado que la ingesta de colágeno hidrolizado mejora la función articular y reduce el dolor en pacientes con osteoartritis y artritis reumatoide (Porfírio & Fanaro, 2016).
  • Densidad ósea: En mujeres postmenopáusicas, la suplementación con colágeno ha mostrado efectos positivos en la densidad mineral ósea, posiblemente debido a su influencia en la síntesis de matriz extracelular en el hueso (Konig et al., 2018).
  • Salud dérmica: Estudios han reportado mejoras en la hidratación, elasticidad y reducción de arrugas con el consumo de colágeno hidrolizado durante 8 a 12 semanas (Bolke et al., 2019).
  • Masa muscular: Combinado con entrenamiento de resistencia, el colágeno puede contribuir a la síntesis de proteínas musculares, favoreciendo la hipertrofia muscular en adultos mayores (Zdzieblik et al., 2015).

Edad recomendada para iniciar la suplementación con colágeno

Dado que la producción de colágeno empieza a disminuir a partir de los 25-30 años, se recomienda iniciar la suplementación en esta etapa para prevenir la pérdida de masa ósea y articular. En personas con factores de riesgo (como atletas, mujeres postmenopáusicas y adultos mayores), su consumo puede ser aún más beneficioso (Proksch et al., 2014).

Las dosis sugeridas en estudios clínicos varían entre 2.5 y 15 g diarios, dependiendo del objetivo de suplementación (articular, óseo o dérmico) (Jendricke et al., 2020).

El colágeno es un componente esencial para la estructura y función de los tejidos conectivos en el cuerpo humano. Su disminución con la edad está relacionada con procesos degenerativos, por lo que su suplementación representa una estrategia viable para la prevención del envejecimiento dérmico, la degeneración articular y la pérdida ósea. Aunque la evidencia científica respalda su uso, es recomendable individualizar su consumo según las necesidades específicas de cada persona y bajo la orientación de un profesional de la salud.

Referencias

  • Baumann, L. (2007). Skin ageing and its treatment. Journal of Pathology, 211(2), 241-251. https://doi.org/10.1002/path.2098
  • Bolke, L., Schlippe, G., Gerß, J., & Voss, W. (2019). A collagen supplement improves skin hydration, elasticity, and roughness. Journal of Medical Nutrition and Nutraceuticals, 8(2), 56-61. https://doi.org/10.1016/j.nut.2019.05.008
  • Bousquet, J., Anto, J. M., Wickman, M., Keil, T., Valenta, R., Haahtela, T., ... & Zuberbier, T. (2016). Systems medicine and allergy: towards a new understanding of allergic diseases. Clinical and Translational Allergy, 6(1), 1-10. https://doi.org/10.1186/s13601-016-0106-7
  • Jendricke, P., Centner, C., Zdzieblik, D., Gollhofer, A., & König, D. (2020). Effects of collagen supplementation on osteoarthritis symptoms: a systematic review and meta-analysis. BMC Musculoskeletal Disorders, 21(1), 1-10. https://doi.org/10.1186/s12891-020-03287-8
  • Konig, D., Oesser, S., Scharla, S., Zdzieblik, D., & Gollhofer, A. (2018). Specific collagen peptides improve bone mineral density and bone markers in postmenopausal women. Nutrients, 10(1), 97. https://doi.org/10.3390/nu10010097
  • Porfírio, E., & Fanaro, G. B. (2016). Collagen supplementation as a complementary therapy for the prevention and treatment of osteoporosis and osteoarthritis: a systematic review. Revista Brasileira de Geriatria e Gerontologia, 19(1), 153-164. https://doi.org/10.1590/1809-98232016019.150140
  • Proksch, E., Schunck, M., Zague, V., Segger, D., Degwert, J., & Oesser, S. (2014). Oral supplementation of specific collagen peptides has beneficial effects on human skin physiology: a double-blind, placebo-controlled study. Skin Pharmacology and Physiology, 27(1), 47-55. https://doi.org/10.1159/000355523
  • Ricard-Blum, S. (2011). The collagen family. Cold Spring Harbor Perspectives in Biology, 3(1), a004978. https://doi.org/10.1101/cshperspect.a004978
  • Shoulders, M. D., & Raines, R. T. (2009). Collagen structure and stability. Annual Review of Biochemistry, 78, 929-958. https://doi.org/10.1146/annurev.biochem.77.032207.120833
  • Varani, J., Dame, M. K., Rittie, L., Fligiel, S. E., Kang, S., Fisher, G. J., & Voorhees, J. J. (2006). Decreased collagen production in chronologically aged skin. American Journal of Pathology, 168(6), 1861-1868. https://doi.org/10.2353/ajpath.2006.051302
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